lunes, 15 de noviembre de 2010

Por fin en casa.

Todo esto empieza con la odisea de un perro que encontramos perdido y como encontramos a su dueño. Y pudo volver a casa.
El sábado por la tarde, me encontré a mi padre, en plena cuesta de bajada al terreno, llamando a un perro pequeño de color marrón, era una mezcla de dingo, con las orejas super puntiagudas y de aspecto bastante cómico, al ser bajito y con el cuerpo muy alargado. Iba con otro perro de raza peligrosa, que acabo largándose.
Asi que llame al pequeño y le dio por seguirme, en seguida nos dimos cuenta de que llevaba collar y un antipulgas y estaba muy cuidado y era super sociable. Yo acaba de venir de hacer la compra y llevaba el coche lleno hasta los topes, asi que le dimos de comer y le tocamos un poco. Incluso jugamos con el a la pelota.

Pensábamos llevarlo al veterinario para ver si llevaba chip y poder localizar a su dueño, pero por las tardes cierran, asi que hasta el lunes pensábamos quedárnoslo. A una mala si no tenía chic, se lo regalaríamos a un amigo de mi padre que buscaba un perro pequeño para quedarse, vamos toda una coincidencia. Nosotros no podemos quedarnoslos porque ya tenemos perros y son muy territoriales y ya tenemos los suficientes. Asi que esa opción quedaba descartada, porque este mismo año, ya nos habíamos quedado con una mastina que regalamos cuando era un cachorro y que por motivos de crisis nos los devolvieron. Así que la opción de quedarselo era imposible.
El domingo mi hermano y yo decidimos darnos una vuelta por el Jardín de Ricla y por el parque de Santa Isabel (en Zaragoza) por si algún vecino reconocía al perro y encontrábamos a su dueño. Y tuvimos mucha suerte, un hombre estaba cultivando su huerto y muy amablemente nos llevo hasta otro vecino que tenía perros, por si era suyo. No lo era, pero si que reconocía al animal y nos dijo quién podía ser su dueño. Dio, la casualidad que sobre las 19:00 del sábado su dueño lo estuvo buscando con el coche. Así que fuimos con el perro en la dirección que nos habían dicho. No había nadie en la casa, asi que dejamos al perro atado a la verja, con un cojín para que se tumbara y volvimos a casa, para escribir una nota y dejarle agua y comida al perro. En la nota, poníamos que si no era suyo, que nos llamara, pero por si acaso nos pasaríamos a buscarlo sobre las 20:00 y bueno eso hicimos. Todavía seguía atado asi que nos lo trajimos a casa.
Y las buenas noticias, es que el lunes, su dueño llamo por teléfono, y mi padre se acerco a llevárselo y erá el suyo.

Por nuestra parte, estamos contentos, porque todo animal tiene derecho a volver a casa. Por muy mono, cariñoso que sea, siempre hay alguien que lo esta hechando de menos.

Asi que si veis un perro abandonado puede que este perdido. Buscar a su dueño si podéis y mirar los anuncios de periódicos o recortes por si aparece algún aviso. Y si se deja pasearlo por el barrio, por si alguien reconoce al animal.Todo sea por ayudar.

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